VIII

¿Qué te queda por hacer Nicolás?
o te revelas contra la masa con riesgo de sucumbir ente ella
o te unes con el riesgo de sucumbir ante ti,
tanta curiosidad tuviste por conocer el mundo
que ahora ya no sabes a cual de los dos perteneces,
llegas a obrar contra tu corazón
y tu corazón llega a recriminar tu obrar;
ha pasado un terremoto por tu santuario
y aunque algunas paredes se han derrumbado
aún conserva todas las columnas,
se van contra ti todas tus pregonaciones
y a la vez te unes a ellas,
te vas contra el mundo,
y los recuerdos de lo que eres y no eres te persiguen,
ya dudas de a quien seguir,
aunque en el fondo sabes que estás iluminado.
El problema Nicolás, es que no encajas en este mundo,
y por eso las dudas,
siempre serás el moretón del suelo,
¿qué te queda por hacer?
¿buscar la muerte o no?,
¿huir de la cruel sociedad?,
decide Nicolás,
¿sucumbir ante otro opresor llamado mundo?
¿luchar con la extraña esperanza de que las cosas cambiarán?
¿o simplemente morir?

Extravagante III

Se siente presionado por aquel destino,
ese inexorable Leviatán, tan despiadado,
que cuando pareciera mostrar su compasión
sólo jala para romper los huesos y engullir.

VII

Estimado Nicolás, te sientes reconfortado y cansado,
y aunque no parezca, esta extraña mezcla tiene algo de verdad,
te permite discernir lo que eres y lo que no eres,
la masa te puede ensalzar, te puede escupir,
te puedes ensalzar, y te puedes escupir,
la diferencia estará en tu voluntad y en los medios.

Por lo menos puedes llamar como tuya a tu alma
después que el Creador afirme su autoría,
o amas lo que eres o lo desprecias con miras a mejorar,
todo lo que tu alma produzca lo llamas como tuyo,
tu razón de orgullo, tu trofeo, intransferible, honorable quizás,
y poco a poco elaboras y conoces el concepto de honorable propiedad.

No tienes que desear el mal a nadie,
no tienes que adular a tu projimo,
mucho menos intimidarlo con métodos baratos,
ni te interesa pisarle los talones,
sólo necesitas tu esfuerzo y a tu Dios,
y como el viento, lo bueno llegará.

Lo único intrigante después del futuro,
porque la muerte es lo único seguro,
es encontrar un amor mortal y sincero
después de la incondicionalidad familiar,
alguien que ame no la figura o la imagen,
que ame tu esencia, el defecto y la virtud.

Tú no eres para este mundo,
mucho menos este mundo para ti,
ama tu libertad, busca siempre lo bueno,
no caigas en el mismo y vano crimen
que muchos por el vacio de su alma
han cometido contra ti.