miércoles, 30 de septiembre de 2009

Extravagante I

Mirando el atardecer, un niño suspira mientras corren los días,
manso corazón en cuerpo de hombre,
no quiere crecer, ama su inocencia, la seguridad.

Dejad que exhale el aliento del juego,
el cansancio de los patios,
la cordialidad del alma...

lunes, 28 de septiembre de 2009

II

Dios mío, Dios mío,
¿por qué le has abandonado?,
le has dejado luchando solo,
y no puede comprender tu camino.

Pareciera que después de tanto esfuerzo,
no hubiera valido para nada,
el, creyendo en ti, te sufre,
¿Dónde te encuentras?

Ya esta harto y desesperado,
no duda de ti, pero no te comprende,
¿qué estás tramando?,
¿o por primera vez estás jugando
con un indefenso ser humano?.

Por un lado recibe la burla de su prójimo,
de su fracaso, de su caída;
por el otro lado un aliento de esperanza,
¿pero porqué le has abandonado?,
si él te lucha y te busca,
¿dónde te escondes?,
¿por qué no le permites
encontrarse con su verdad?

Le has escondido de Sí mismo
bajo la esperanza de llegar a ser feliz,
¿hasta cuando durará tu prueba?,
¿hasta cuando durará tu designio?,
no se encuentra así mismo,
no te puede encontrar,
¿cual es el sentido de todo esto?,
mortales teníamos que ser...

I

Hallábase Nicolás sentado en una banca,
y a su lado la señora Soledad,
es ella su paño de lágrimas,
cuando el mundo ha de morir
o ya ha muerto.

Una vez que la sangre le ha abandonado,
ya no le queda nada de nada,
toda la vida es una lucha vana,
nada vale para nada,
nada tiene sentido.

Muchos esfuerzos, mucho empeño,
y ninguna meta lograda;
pareciera que los "dones",
no sirven para nada.

Llora con Soledad, por una simple razón:
No ha de poder renovar sagrado juramento,
la sagrada promesa con su sentido,
el motivo de su vida,
ha de vivir en la mentira,
siempre amando a la verdad.

No se trata de vivir una semi-verdad;
una cosa es lo bueno, y otra cosa es lo cierto;
o es feliz para sí, o lo es para los otros,
en su situación, no existen los medios;
sólo la mentira de vivir para otros,
creyendo que se vive por uno y para uno.

No se plantea un egoísmo,
sino la verdad de la vida,
aburrido se encuentra
de atribuir explciaciones divinas,
no depende ya de Dios,
depende de él, no puede volar.

Dios conoce las cosas,
pero en pocas veces interviene en el camino;
no se considera la excepción,
porque no lo es,
es un simple mortal viviendo una mentira,
bueno sería llegue la muerte ahora,
maldita realidad.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Lamento de un águila

El Águila no puede volar, se halla sola en la planicie,
no tiene alas que agitar, las han cercenado,
mucho menos una montaña desde donde lanzarse,
impreca al Sol su desdichada condición,
observa que no puede trascender.

Si Dios existe, ella no lo siente,
la ha olvidado, nunca la escucha;
sus aspiraciones son como el aire,
nada perdurará ni nada alcanzará,
es todo una farsa.

Ella desearía la muerte antes que la mentira,
no tiene el valor para morir,
ni la fuerza para permanecer,
¿cuándo será que Aquel pueda dar,
por lo menos una respuesta,
a su despojada condición?

viernes, 25 de septiembre de 2009

Prólogo

Érase una de las tantas albas del verano,
un suspiro del aire por la ventana,
el firmamento reflejando nostalgia y soledad,
echado en la cama se encontraba Nicolás.

En los ojos la tristeza, en su lecho el dolor,
el corazón es enigma y confusión,
maldita sea la hora en que la Parca no le llamó,
su existencia no hallará nunca la redención.

No hay lugar a la reconciliación,
corazón devorado por la culpa;
un sólo pecado le condena.

Es el crimen de no afirmar la verdad,
llora la cobardía; el no ser,
lo que debía llegar a ser